February 04, 2021
En 2007 me fracturé el fémur. Fue una de las cosas más devastadoras que me habían pasado en la vida. Durante las primeras semanas no estaba en el mejor estado de ánimo. Nunca antes había tenido una lesión tan grave como para necesitar una operación, así que cuando me insertaron una varilla de metal en la pierna me sentí mal.
En ese momento, yo tenía (y todavía tengo) el tiempo más rápido en la carrera de 100 metros en la historia de Massachusetts. También soy bombero y una persona muy activa. El día que me fracturé ese hueso, muchas cosas pasaban por mi cabeza... ¿Volveré a caminar? ¿Podré correr y, si es así, hacer carreras de velocidad? ¿Podré trabajar y mantener a mi familia haciendo el trabajo que amo? En ese momento, honestamente, no lo sabía y fue una sensación horrible.
Pero con la ayuda de mi familia, mis amigos y mis hermanos y hermanas en mi estación de bomberos, pude recordar que soy un luchador.
Sabía que quería volver más fuerte física y mentalmente. Me dijeron que me llevaría seis meses volver a trabajar, pero lo logré en cuatro. Descubrir CrossFit® un año después me dio más combustible para ayudarme a convertirme en la persona que soy hoy. Han pasado más de 10 años y sigo aprendiendo y creciendo gracias a mi familia, mis amigos y mis hermanos y hermanas del departamento. También aprendo de los miembros que entreno en mi box y de las personas que conozco en mis muchas aventuras del día a día.
Mirando hacia atrás, me di cuenta de que fracturarme el fémur fue una forma de reducir mi velocidad para poder concentrarme en qué y quiénes eran importantes en mi vida... ¡mi pequeño obstáculo!
Hoy soy más fuerte física y mentalmente, no tan rápido, pero estoy aprendiendo a afrontar cada día como un nuevo viaje y trabajo duro para poder divertirme.
Amo a Dios, amo a mi familia y por eso #NOSOYUNTONTO.